lunes, 30 de agosto de 2010

¡Feliz día, bloggeros!


En realidad soy nueva en esto de los blogs, nunca antes me había llamado la atención. No buscaba un blog en particular, simplemente a veces llegaba de casualidad a alguno que llamaba mi atención, lo visitaba un par de veces y luego se me olvidaba.
Hace poco empecé a leer algunos blogs con mayor frecuencia, ya no los leía una sola vez y tampoco los olvidaba. Estos son algunos de los blogs que leo a veces:


Es un blog escrito por Francesca Brivio. Ella sufre una enfermedad que ataca a su sistema inmunológico, es por eso que cada día está más débil. Esta enfermedad, según Francesca, no tiene cura, por lo que tendrá que aprender a convivir con ella.
Francesca escribe en su blog cosas que le pasan día a día, sentimientos que surgen a raíz de su enfermedad, de lo mal que la está dejando.



Escribe y nos deja a todos una gran lección. Nos enseña a seguir luchando aunque parezca que las cosas no tienen remedio.
Francesca me parece una mujer admirable porque a pesar de las dificultades que afronta, no se deja caer. Sigue esforzándose por estar mejor, sigue dándole la cara a su familia, a su enfermedad, sigue luchando por estar mejor a pesar de saber que nunca va a estar bien.

Este blog es escrito por Sofía Rodríguez, lingüista egresada de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
Sofía, a través de su blog muestra y enseña algunas cosas relacionadas con lengua y gramática. Me parece interesante este blog porque ayuda a disipar algunas dudas sobre el uso, el significado o la escritura de algunas palabras.
Siempre me ha gustado el tema de la gramática, de la buena ortografía y del lenguaje en general, es por esto que sigo este blog.




Sebastian Ortiz es el autor de este blog que habla de gastronomía.
Este blog es interesante porque cuenta anécdotas y datos curiosos sobre la cocina peruana, por ejemplo, en uno de sus posts, Sebastian cuenta la historia de el pollo a la brasa.
Como ya lo dije en alguna parte de mi corto perfil, me encanta la gastronomía, es por esto que sigo este blog.

Renato Cisneros, periodista y escritor, adquirió una popularidad increíble con el conocido blog "Busco Novia", tanto así que hasta escribió en el 2008 un libro sobre el blog y fue todo un éxito.
Ahora, en una nueva etapa, Renato ha decidido dejar ese blog en manos de Alfredo Rusca y dedicarse a hacer una especie de diario personal que toma forma de un blog en el que cuenta su vida, anécdotas y ciertas cosas por las que más de uno ha pasado, creo que eso lo hace tan leíble, tan entretenido. Cuenta a manera de diario - como lo dice el nombre del blog - las cosas de su día a día, se ha abierto un poco más hacia sus seguidoras y seguidores.

domingo, 29 de agosto de 2010

Cada día más, es un día menos

Diez desde que te fuiste y siete desde que no estás. De hecho ha pasado mucho tiempo, han pasado muchas cosas y han cambiado muchas otras, aunque a veces no quieras verlo o, tal vez, prefieras no saberlo.
Prefieres seguir pensando que el tiempo lo congelaste, que todo aquí sigue igual, intacto, exactamente como lo dejaste… Tal vez todo esté igual. Lamentablemente yo no soy parte de ese todo, yo sí cambié. Para bien, para mal. Quién sabe.

Cambié porque me falta algo, porque no estoy completa. Cambié porque todo fue muy feo, porque no pude sola. Porque no estuviste tú. Cambié porque ahora tampoco está él. Cambié y seguiré cambiando, de repente hasta que puedas volver.

Y las cosas seguirán su curso, y la rueda seguirá girando. Los días seguirán pasando tan rápido como hasta hoy; pero yo… Yo te estaré extrañando. Yo estaré esperando el momento oportuno para volver. Para que vuelvas. Para que volvamos a ser como antes.
Solo me queda pensar que cada día más, es un día menos.
Te extraño.

domingo, 22 de agosto de 2010

Las Relaciones Públicas y las Redes Sociales (I)

El notable crecimiento de las redes sociales, así como la convergencia de los medios y de las tecnologías de la información, marca la pauta para el comienzo de una nueva etapa de las Relaciones Públicas, así como nuevas oportunidades en la comunicación empresarial.

Internet junto a las redes sociales nos dan a conocer un mundo nuevo que separa el antes de el ahora y que promete un futuro mejor en este ámbito. Nos dan nuevas herramientas para que la comunicación empresarial sea más eficaz y eficiente, para lograr un adecuado modelo de comunicación y, con esto poder llegar al mutuo entendimiento, por ende, a la retroalimentación, resultado que todo comunicador busca.

Las redes sociales y otras herramientas de internet, podrían ser de gran ayuda para las Relaciones Públicas, permitirían la creación de nuevas estrategias de comunicación basadas en la interacción de los públicos, tanto internos como externos. Cambiarían muchos aspectos de una manera positiva. Los públicos tendrían la oportunidad de crear, a través de las redes sociales, contenidos que ayuden a la mejora de la organización. Podrían tambien mantenerse informados sobre la organización, sobre los eventos que ésta planea realizar, sobre las diferentes noticias de su interés, posiblemente filtrando la información a recibir.

Las redes sociales son herramientas que, de una u otra manera, al mostrar información sobre determinada organización, podría contribuir con la transparencia de la misma, mostrando los valores, la misión, la visión, la imagen, entre otras cosas. La transparencia se vería reflejada a través de la constante exposición de información de la organización a través de determinadas redes sociales de las cuales decida participar.



ASU MARE, CARLITOS

Risas y carcajadas desata con cada una de sus ocurrencias. Le roba una sonrisa a todo el que puede. Pero, ¿Qué significa esto para él? ¿Qué es lo que pone triste al hombre del buen humor y la eterna sonrisa? ¿Quién está detrás de tus personajes, Carlos Alcántara?

El humo de tres cigarrillos se conjugó con el viento miraflorino mientras una jovencita de cabello largo, piel blanca, ojos pardos y contorneada figura esperaba con impaciencia la llegada de un hombre. Un hombre que le había prometido verla un lunes a las siete de la noche y, que al parecer, lo olvidó.
Parada en la puerta del conocido bar “Satchmo”, ubicado en Miraflores, un distrito residencial de Lima, Cathi parecía estar ensayando qué decir, cómo mirarlo para que no se diera cuenta – al menos no de inmediato – de la admiración que Carlos generaba en ella.

Después de media hora de incontables llamadas, Cathi se sentía algo preocupada porque temía no conseguir lo que había buscado por mucho tiempo: ver a Carlos y entrevistarlo.
-La última llamada – le dijo Cathi a un compañero de clase que había estado con ella durante su espera.
Esta vez, en vez de la molesta voz de la grabadora indicando que deje un mensaje, Cathi escuchó la voz de Carlos, no la de cualquier Carlos, sino la de Carlos Alberto Alcántara Vilar, aquella voz medio grave que, de una u otra forma, deja entrever quién es él. Carlos se disculpó por haber olvidado aquella “cita” e invitó a Cathi a pasar al local del Satchmo, él se encontraba adentro desde hacía mucho tiempo.

Óscar, uno de los colaboradores de Carlos salió a recibirla y la dirigió hasta el escenario. Aquel escenario que era iluminado por la luz que irradiaba Carlos al tocar el cajón. Qué bien toca, pensó Cathi mientras lo miraba fijamente.
El color rojo de su sweatshirt – casaca deportiva – llamaba la atención desde lejos. Carlos vestía de pies a cabeza con la marca deportiva “Adidas”. Cómo no reconocerlo, era el buzo del equipo de fútbol italiano “AC Milan”, del que Carlos Alcántara es hincha.
-Vamos a mi camerino- dijo Carlos convencido de que era el mejor lugar para ser entrevistado. Con cara de recién levantado se sentó sobre un pequeño mueble negro y me ofreció tomar asiento para empezar a conversar de él, de su vida y no de sus obras, personajes, novelas ni de una película que ya – casi – todos conocen.
Carlos en su camerino.

Carlos nació y creció en la segunda etapa de Mirones, una unidad vecinal del Cercado de Lima donde es pecado no dedicarse únicamente a jugar fútbol – fulbito, en todo caso – y es un pecado aún más grande que te guste bailar, actuar y cantar.

El travieso Carlitos, durante su etapa de educación primaria estuvo en el Colegio Santísima Trinidad, donde según él, era muy tranquilo.
“Nunca fui muy aplicado”, confiesa Carlos con un convencimiento casi incomparable. Carlos solía ser muy tímido de pequeño, por lo que Isabel Vilar, madre de Carlos Alcántara, tenía que -casi -obligarlo a actuar, a bailar y cantar como “Rafael”, lo inducía a que participara en las actuaciones del colegio y, recién cuando él estaba en cuarto de primaria, Chabela logró que su hijo se presentara en una actuación. Carlos sobresalió y desde ahí le gustó la “vaina”, como dice él.
Aunque no era partidario de los estudios, terminó sus estudios en el Colegio Hipólito Unanue, ubicado en el mismo barrio en el que el recordado Machín vivía.

Carlos Menéndez, su compañero de clases, lo recuerda como un chico de cabello muy ondulado, algo “vagoneta” al que no le gustaba estudiar. Un muchacho movido y algo juguetón.
“Carlos solía irse de las clases para irse a jugar billar, eso le encantaba…pero un día su mamá apareció furiosa mientras jugábamos y se lo llevó a su casa castigado por no haber ido al colegio durante toda una semana. ¿Por qué no había ido? Por irse a jugar billar con los más grandecitos”, cuenta Carlos Menéndez, quien vive aún en Mirones.

- ¿Todo bien con la grabación? – me preguntó Carlos algo preocupado al notar que yo me dedicaba a escuchar atentamente cada una de sus palabras y a mirar sus ojos marrones tan expresivos. – Sí, todo bien. No te preocupes – dije. Y seguí.

Carlos es un hombre reservado, lo pude notar cuando advirtió que no contestaría todo lo que le preguntara sobre su vida privada, aún así, lo hizo. Suele cuidar mucho el tema de su familia, definitivamente, es lo que más valora.
Sobre su vida familiar, prefiere no hablar mucho, aunque las pocas palabras que dice son suficientes:
“Jossie y mi madre son y han sido las personas más importantes para mí, me han ayudado mucho. Mi madre me formó y es quien, de cierto modo, me empujó a ser lo que soy”.

Sobre Chabela, su madre, tiene infinitas cosas para decir; aunque no lo exprese directamente en alguna entrevista, habla mucho de ella en su show “Asu Mare”. Un espectáculo en el que definitivamente le brinda un merecido homenaje a su madre, esa persona que lo trajo al mundo hace 45 años, un jueves 12 de noviembre de 1964.

Cuando Carlos habla de Jossie, su pareja, suele tener un brillo especial en sus ojos. Está enamorado, y no lo niega. Jossie no quería casarse, según Carlos. Aunque él no es católico, quería casarse con ella, aunque sea de manera civil. Y lo hizo. El sábado 24 de julio contrajo matrimonio con Jossie Lindley, después de tantos años de espera.
Carlos confiesa que además de ser su esposa, Jossie es una amiga, gracias a ella ha aprendido muchas cosas. Ha recuperado la responsabilidad que de alguna forma perdió con el paso del tiempo, ella le ha hecho obtener nuevos valores.
“Jossie hizo que me centrara y me sacó de un mundo descarriado: las juergas, las chicas, las drogas y todas esas cosas”, me dice Carlos con una sonrisa de esas que surgen cuando recuerdas alguna travesura.

-¿Qué tan descarriado estabas, Carlos?- pregunté casi de manera inconsciente.
- “Un desastre, sin rumbo de nada…”, admitió.

Carlos no siempre ha sido el padre responsable que es ahora a sus 45 años, cuando tenía 21 años tuvo un hijo al que su madre le puso Gianfranco, tiene casi 23 años, está en los últimos ciclos de la carrera Ciencias de la Comunicación en la Universidad de Lima, a pesar de que su padre es actor, él no quiere seguir sus pasos en ese sentido, pero dice que quiere llegar a ser tan exitoso como él. “Sin duda lo admiro”, me dijo Gianfranco.
“Yo no estaba preparado para asumir la responsabilidad de tener un hijo a los 21 años, no entiendo cómo ahora los chicos son padres tan jóvenes teniendo como referencia los casos de nosotros, los mayores”, dice Carlos algo decepcionado.

Gianfranco no es su único hijo, también está Lorenzo, un niño de 7 años que con su llegada, cambió la vida de Carlos. No es un secreto que el pequeño Lorenzo sufra de autismo, a pesar de ésto, es un niño muy hábil e inteligente. Es la alegría de vivir de Carlos; aunque al mismo tiempo, en algún momento fue el motivo por el que Carlos se entristeció. Ahora todo está superado y es feliz con su familia tal y como es.
“Mi hijo Lorenzo nos hizo ver la vida de otra forma y creo, como Jossie, que si pudiera cambiar a mi hijo, no lo haría. Igual como vino, así lo quiero", dijo en una entrevista pasada en la revista “Gisela”.

Carlos Alcántara estuvo participando en el reality show “Bailando por un sueño”, conducido por Gisela Valcárcel, junto a Carolina Guerra. Ella buscaba ganar para lograr una operación a la vista, ya que la había perdido casi en su totalidad. Carlos demostró una perseverancia admirable, una competitividad temible y una fuerza envidiable para alcanzar sus objetivos. Juntos lograron lo que querían a pesar de las críticas y los cuestionamientos que surgieron acerca del programa, Carlos salió a dar la cara y a explicar en el programa “Prensa Libre”, conducido por Rosa María Palacios, cómo habían sucedido las cosas.

A partir de esto, surgió una incomodidad por parte de Carlos hacia el tema y hacia la manera en que había sido tratado en el programa “Enemigos Íntimos”, conducido por Beto Ortiz y Aldo Miyashiro, quien dice no mantener una relación estrecha con Carlos, a pesar de haber compartido escenas en Lobos de Mar y La gran sangre, donde Carlos personifica a Dragón, un justiciero peruano de barba blanca que es más abundante que su cabello, que imita los más rápidos movimientos de Bruce Lee (ídolo de Carlos). Una imagen totalmente opuesta a la que Carlos le muestra hoy a su público: Cabello a la altura de los hombros, pero sin esos –no- tan definidos rizos que mostraba al personificar a Machín, ahora Carlos luce el cabello lacio cubierto, generalmente, por gorros o sombreros.
Carlos Alcántara es un tipo muy sencillo, muy accesible – lo que no quiere decir que tenga mucho tiempo libre -, alguien que contagia su alegría y que es bueno en lo que hace, a pesar de que la actuación no haya sido lo que el quería hacer de joven. Carlos quería ser zoólogo pero “Chabelita”, como le dice él a su madre, no quiso. También quiso ser gimnasta, pero una vez más, Chabelita se opuso argumentando que se quedaría enano como ella.

“Definitivamente el hecho de hacer reír a la gente es gratificante, saber que has alegrado a alguien es un beneficio”, comentó Carlos en una de las últimas entrevistas que le realizó Jaime Bayly en “El Francotirador”.
-¿Nos pueden tomar una foto? – le pregunté tímidamente a Carlos al ver que su “tiempo libre” había terminado, pues su ensayo del show “Asu Mare”, estaba por empezar.
- Claro, todas las que quieras – me contestó con una blanca sonrisa dibujada en los labios. Así fue, nos tomamos más de una foto en su camerino lleno de pelucas que usa para la personificación de diferentes artistas, lleno de espejos, ya que por lo que dice, se ha vuelto algo vanidoso. Y yo lo pude comprobar cuando, al final de las fotos, me dijo “a ver, enséñame las fotos para ver cómo salgo”, entre risas se las mostré y no pude evitar sonrojarme al escuchar de su parte “tú sales linda”…

Después de oír esta agradable frase, salí del camerino con la sensación de haber estado durante horas con el mismo Carlos que siempre he visto en los programas de televisión, me quedó claro que es una persona sincera, que solo actúa cuando está sobre los escenarios, que tiene objetivos claros y que es uno más de nosotros: ríe y nos hace reír; pero también afronta dificultades.

domingo, 15 de agosto de 2010

Yo quiero ser relacionista pública.


Desde que elegí estudiar Ciencias de la Comunicación, decidí que seguiría la rama de Relaciones Públicas o Comunicación Empresarial, como la conocí a través de una charla en otra universidad.
Las Relaciones Públicas son una disciplina científica que busca generar y dar a conocer una buena imagen empresarial a través de una adecuada relación y, por ende, una comunicación efectiva entre los públicos internos y externos de cada organización, de manera que esto se traduzca en la fidelidad de los públicos y en el buen concepto público.
Muy teórico, tal vez...Muy fácil de repente, no lo sé. Aún no lo sé. Definitivamente me gustaría empezar a sumergirme en el mundo de las Relaciones Públicas, haciendo eventos, campañas, conferencias, ruedas o comunicados de prensa y todo lo que tenga que ver con este tipo de actividades que realmente me llaman la atención.
En este caso decidí mostrar un video institucional del Grupo Interbank. Un video institucional es una herramienta muy utilizada actualmente por las organizaciones para dar a conocer su política, sus valores, sus atributos, sus objetivos, su misión. En pocas palabras, el objetivo del video institucional es dar a conocer la imagen empresarial, esto se hace con la finalidad de mantener la atención y el buen concepto que tienen los clientes reales de la empresa; así como la captación de clientes potenciales que por una u otra razón podrían interesarse en la empresa, ya sea por sus valores, objetivos, etc.

miércoles, 11 de agosto de 2010

Pucusana, KM 59

59 Km. al sur de Lima, tal vez un poco lejos para mi gusto, se encuentra Pucusana, un balneario turístico en el que las coloridas embarcaciones le han dado vida a la invasión y las autoridades, a la desorganización.


 
Puente Primavera, 1:30 PM. Me encontraba en un laberinto, en medio de un enredo de puentes, o algo parecido. No sabía por dónde ir, ni qué vía seguir para llegar a “aquicito nomás”, a ese lejano lugar ubicado a 59 Km. al sur de Lima.
Estaba acompañada por Patty y Diana, juntas logramos encontrar el paradero por donde pasaría el carro que llega hasta Pucusana; carro que, por cierto, no sabíamos cuál era. Entre gritos y tumulto de gente decidimos ir “un poquito más allá”. Fuimos a dar, sin querer, a la pista de la Panamericana Sur.
Por fin supimos cuál era el carro en el que permaneceríamos durante varias horas, subimos y, sin importar las normas, Patty y yo viajamos en los asientos reservados. Para nuestra suerte, en todo el camino no hubo alguien que los necesitara.

Puente Primavera. Puente Benavides. Puente Atocongo… después de pasar – al parecer – por todos los puentes del mundo, seguimos la ruta sur con destino Pucusana. Pasamos por Lurín, donde un exquisito olor invadía el interior de la coaster y me invitaba cada vez con más insistencia a dejar aquel asiento reservado en el que viajaba para ir en busca de uno de esos panes con chicharrones tan ricos y tradicionales del restaurante “El flaco Pepe”.
En el camino leía un libro de Vargas Llosa y alternaba mi vista hacia el paisaje del lado derecho de la Panamericana Sur, todas veíamos hacia el mar con la expectativa de ver a algún delfín. Sí, en la costa peruana hay delfines, aunque hay muchos peruanos que no lo saben o, simplemente, no lo creen. Bueno, fuimos en busca de delfines y encontramos más, mucho más.
Cuando llegamos a Pucusana, un poco después de dos horas y ya sin ganas de bajar del carro, encontramos un lugar poco agradable a la vista del turista.
Fuimos caminando por una especie de malecón, muertas de frío, hasta que encontramos un restaurante donde Diana pidió un café mientras yo compraba una teja de pecanas afuera del restaurante “La mar”. Conversé un poco con la dueña del restaurante, que era amiga de la señora Inés, quien vendía esas tejas que tanto me gustan. Les pregunté acerca de los delfines de la zona y con un desgano me dijeron que a ellas no les interesaba el tema, que en realidad eso era para los turistas, no para los de la zona. La pregunta es, si es tema no le interesa a los pobladores de Pucusana, ¿a quién le debería importar? Partimos desde ese momento con el primer problema.
Después del cafecito y las tejas fuimos en busca de más información y encontramos un cartel con el croquis de Pucusana, donde figuraba la Municipalidad, el puerto, el Boquerón, Naplo, entre otros lugares propios de la zona. Decidimos ir, primero, al puerto. Ahí vimos gran cantidad de botes dentro y fuera del mar, los que estaban fuera del mar estaban siendo remodelados, los lijaban y pintaban en plena orilla, dejando residuos de pintura y astillas de la madera del bote a vista y paciencia de todos, sin tener en cuenta que estaban contaminando y dañando la arena del balneario que, lógicamente, en esas condiciones, parece cualquier cosa menos un balneario y, menos aun, uno turístico.

Existe tal cantidad de botes en Pucusana porque es un lugar que se dedica a la pesca y a actividades afines a ésta, por lo que, al llegar al puerto vimos un gran letrero que decía “Bienvenidos al gremio de pescadores de Pucusana” y, para los turistas extranjeros: “Welcome to the fishing dock of Pucusana”. Cruzando este letrero encontramos a todos los pescadores preparando sus botes y sus redes y, aunque el mar estaba bravo, ellos ofrecían un paseíto por toda la bahía. Ante nuestro no como respuesta, el pescador Félix, uno de los más antiguos de Pucusana, nos dijo que solo nos cobraría S/. 5.00 el paseo por toda la bahía. – Hasta la última casa blanca las llevo. Para que conozcan la casa de Gisela (Valcárcel) y la de Alan (García), anímense. 15 solcitos por las tres.- nos dijo Félix.

A pesar de no haberle aceptado el paseo, nos contó que ahora la pesca está mucho más baja que antes, que ahora no es muy rentable pescar. Apropósito de la pesca, le preguntamos si sabía algo sobre la pesca de delfines en la zona, a lo que respondió que, a partir de una ley promulgada en el año 1996, quedó terminantemente prohibido pescar delfines. Félix dice que a partir de ahí, la gente ya no pesca delfines y si lo hacen, es por accidente; las investigaciones realizadas por la ONG Mundo Azul, demuestran todo lo contrario. Stefan Austermühle, creador de la ONG Mundo Azul, ha sido testigo de las atrocidades que se comete con los delfines. Por ejemplo, cuando los pescan “casualmente”, los utilizan para el consumo de los mismos pescadores; sin embargo, hay quienes se dedican a pescar delfines para vender, de manera informal, su carne en los mercados. Esta carne se llama muchame y cuesta muy barato, por lo que la gente la consume mucho, aunque Félix, el pescador, diga que eso dejó de pasar hace muchos años.
Normalmente, aunque nunca en invierno, vemos el mar y la arena repletos de personas, de hombres y mujeres, de niños disfrutando de la playa, corriendo, nadando, jugando con la arena. En Pucusana, en cambio, vemos botes. Botes que invaden drásticamente el mar, botes que han obligado a los peces a ir más al fondo. La cantidad de botes varados en Pucusana ha ido aumentando paulatinamente en los últimos años, esto se debe a la informalidad absoluta que existe en dicho “gremio de pescadores”: los botes llegan desde cualquier puerto del Perú, no importa si viene del Callao, de Ilo; no importa de dónde venga, siempre podrá entrar a Pucusana e instalarse ahí porque nadie hará el debido control. No existe ningún tipo de impuesto que se debe pagar por la permanencia del bote en Pucusana y, como es gratis, todos llegan cuando quieren y se quedan el tiempo que quieren.

Una alternativa de solución a este problema es que se cree un impuesto que los pescadores deban pagar para que sus embarcaciones permanezcan en Pucusana, tomando esta medida, se reduciría significativamente el número de botes que “adornan” el mar de Pucusana. Otra de las medidas que se debería tomar sería que todas aquellas personas que arreglen y/o remodelen sus botes en la arena, dejando restos de pintura o de madera, reciban una multa. Estas medidas las deberían tomar las autoridades de Pucusana, como es la Municipalidad; sin embargo, según testimonio de los pobladores, la Municipalidad de Pucusana no ejerce bien su labor, no está al tanto de las necesidades de este puerto y, mucho menos, de sus pobladores.

Pucusana es un lugar turístico que podría ser muy bien aprovechado por todos los potenciales que tiene: mar, botes, pesca, comida, delfines, pingüinos, artesanía y muchas cosas más. Pero todas estas cosas se ven opacadas por el desorden y la basura que hay en la zona, por el conformismo de las autoridades que se ve reflejado en los pobladores.
Se está desperdiciando el potencial que tiene Pucusana como destino turístico, se está teniendo un concepto equívoco de lo que es el desarrollo en la zona.
La única manera de que Pucusana tenga un verdadero desarrollo es creando una conciencia social y educand o a las generaciones menores, dándoles una cultura medioambientalista que les permita, en un futuro próximo, llegar a hacer de Pucusana el lugar que debería ser: un lugar ordenado, limpio. Un lugar en el que las autoridades cumplan su verdadera función, donde los trabajadores de la Municipalidad estén enterados de lo que pasa en la zona, y no tengan que derivar a las personas que van interesadas en Pucusana a la casa de Elena Prado, que es una pobladora más de Pucusana; pero no es una pobladora como las demás. Elena Prado se dedica a ayudar a Pucusana a crecer y desarrollarse, ella realiza campañas con los niños del colegio que ella misma fundó hace algunos años. Estas campañas son en pro del cuidado de la fauna marina y del medio ambiente de los animales. Elena ayuda a crear conciencia social dando charlas y dando también, el ejemplo. Elena decidió, junto a su hijo Isaac, dejar sus comodidades en Lima para pasar a vivir a Pucusana, lejos de todo y de todos.

Antes de irnos de Pucusana, pasamos por el Boquerón, un malecón pequeño con vista a una pequeña cueva que se había formado gracias a la erosión, ya que las olas chocan contra las rocas, entonces se ha formado en el medio un orificio por donde revientan fuertemente las olas y, la verdad, es sumamente relajante y divertido estar a medio metro de esa pequeña cuevita, sintiendo como te salpica el agua si es una ola pequeña; y como te empapa, si es grande.

Sin duda, esperaba más de Pucusana como lugar turístico, espero que algún día, al volver, todo lo que digo aquí, sea parte del pasado, de un pasado que no volverá a ser como este presente en el que Pucusana es poco para el turismo peruano, por no decir nada.