Estación Final

El nazismo resurge en Alemania con el régimen de Adolfo Hitler, en el tiempo de la Segunda Guerra Mundial, entre los años 1939 y 1945.

El ambiente que se vivía en Alemania era de persecución, de miedo por parte de los judíos perseguidos, de xenofobia, de inseguridad.

La persecución a los judíos no solo se daba en Alemania, los alemanes perseguían a los judíos en todo el mundo, incluso en Perú.

En la época del gobierno de Oscar Benavides se vivía ya un régimen nazista en el Perú. Muestra de ello es la constante comunicación que mantenían Adolfo Hitler y el ex presidente peruano a través del telégrafo recién implementado. Estas conversaciones salieron a la luz en el año 2005, cuando un periodista de la revista Caretas las publicó porque había encontrado casualmente los documentos.



Símbolo nazi



En el Perú hubo varias muestras de que el gobierno de Benavides estaba de acuerdo con el régimen nazista y, no solo estaba de acuerdo con esto, sino que además se hicieron algunos cambios que favorecieron a este régimen.

Algunos de los cambios peruanos que favorecieron a este régimen fueron las leyes de nacionalización que resultaron en contra de los judíos. Antes era necesario residir solo dos años en Perú para poder acceder a la nacionalidad y, con esto a los beneficios. Posteriormente, con los cambios mencionados, se necesitaba un tiempo mínimo de cuatro años de residencia para poder obtener la nacionalidad peruana, además era obligatorio que la persona supiera hablar, escribir y leer en español.

Otras muestras de esta complicidad con el nazismo y la xenofobia por parte de Perú se aprecia cuando se le cierran las puertas de entrada a los judíos al país. Un caso concreto es cuando se le pide al gobierno peruano que acepte a 100 niños huérfanos y, además judíos. Esta última característica no fue de mucho agrado para el gobierno peruano, por lo que les negaron la entrada a estos 100 niños que tenían entre 10 y 14 años. Su argumento fue que estos niños, cuando crecieran tendrían todas las malas costumbres de los judíos (lo que ellos consideraban malo) y que, dentro de 10 años más, el Perú estaría plagado de judíos. Esta fue la terrible razón por la que no aceptaron acoger a 100 niños inocentes que terminaron muertos en las cámaras de gas de algún centro de concentración de Alemania.

Supuestamente los regímenes peruanos estaban en una neutralidad total pero, como sabemos, no fue así. Es difícil determinar por qué esta neutralidad no se llevó a cabo pero se ha de suponer que fue por factores políticos y económicos. A Perú no le convenía estar en contra de los países que conformaban el Eje porque estos países eran grandes potencias.

Además, al parecer, el vínculo se estrechó a causa de las ideologías del ex presidente Benavides. Ideologías que, según han demostrado los documentos, la historia y el tiempo, concordaba con la ideología de los nazis.

La vida para los judíos perseguidos se tornó terrible. No podían realizar libremente sus actividades, no estaban seguros ni en sus hogares porque en cualquier momento podían entrar los soldados alemanes y se los llevaban a los campos de concentración.

Esta persecución se dio en diversos países, obviamente en Alemania en mayor proporción. Otro de los países afectados fue Francia, a pesar de que después de la Primera Guerra Mundial se había vuelto un país libre, pacífico, en el que todos eran iguales en cualquier sentido. Hasta los judíos eran respetados.

Todo esto cambió a partir de 1940, cuando los alemanes invadieron Francia y empezó la persecución.

En Francia fueron detenidas miles de personas de distinta procedencia. Entre estas personas se encontraban algunos peruanos. Hasta hace algunos años no se había hecho ninguna investigación sobre este tema. Se desconocía que algunos peruanos hubieran sido parte de este holocausto.

Son alrededor de 5 familias peruanas (o por lo menos con algunos miembros peruanos) las que han sido halladas en las listas del nazismo.

Dos casos de peruanos han sido los más representativos porque además de haber sido detenidos y llevados a campos de concentración, como a todos los judíos, participaron activamente de protestas y trataron de impedir las injusticias que se realizaban con ellos y con los demás detenidos judíos.



Drancy

 El primer caso fue el de los hermanos Assa, ellos habían viajado a Francia con toda su familia (padre, madre, primo, tía). En Francia, una noche fueron detenidos todos en su propia casa. No les dejaron sacar ninguna de sus pertenencias y los sacaron tal y como estaban, sin poder llevar abrigo.

Fueron trasladados a Drancy, un lugar con apariencia de complejo residencial que fue usado para recluir a los judíos.

Después fueron trasladados en un convoy hasta Alemania. El viaje fue muy largo, duro y pesado, no tenían agua ni comida durante todo el viaje. No todos resistieron, algunas personas murieron en el camino. El olor del convoy era terrible por el hedor de los cadáveres en estado de descomposición mezclado con el olor de los excrementos de todos aquellos que iban en el convoy con un destino, hasta ese momento incierto.

Al llegar, después de varios días, los pasajeros fueron separados. Los familiares de los hermanos Assa fueron llevados inmediatamente a las cámaras de gas y murieron.

Los sobrevivientes se dedicaron a limpiar los vagones de los convoyes que iban hacia el campo de concentración en el que se encontraban. Así lograron sobrevivir un tiempo.

Ellos fueron casi unos héroes. Formaron parte de la Revolución Subibor, una revolución en la que lograron escapar muchas personas, algunas gracias al accionar de ellos.

Fueron llamando uno a uno a los once soldados alemanes y los mataron a todos. Luego se apoderaron de las armas y todos empezaban a disparar a los soldados sobrevivientes. En un momento, los hermanos Assa se treparon a las rejas y empezaron a sacar las púas que impedían el paso a los otros judíos. Ellos sacrificaron sus vidas y lograron salvar las de otras 500 personas.

Otro de los casos es el de una peruana llamada Magdalena. Ella había nacido en Perú, sin embargo figura en los registros de Francia como francesa.

Magdalena era una mujer muy fuerte y decidida. Un día sufrió un accidente que le dejó numerosas fracturas en el cuerpo y, la debilitó tanto que no le permitiría caminar bien nunca más. Ni siquiera ese terrible accidente la amilanó y siguió luchando como siempre.

Se dedicó a escribir libros para niños y disfrutaba mucho haciendo eso.

Formó parte de la llamada Resistencia, que consistía en ayudar a los perseguidos a esconderse. Ella se especializó en falsificar documentos alemanes. Esta labor la realizaba increíblemente bien.

Un día, al descubrir a una de sus compañeras, también la descubrieron a ella y la llevaron a un campo de concentración en el que se encontraban personas que defendían la igualdad en todos los sentidos y que, además, consideraban subversivos.

Magdalena seguía tan fuerte como siempre, con un silencio admirable que no les permitiría a los alemanes desarticular a los miembros de La Resistencia.

Magdalena fue torturada numerosas veces y siempre se le veía fuerte. En mayo de 1945, cuando la guerra estuvo a punto de terminar, los alemanes se sentían amenazados porque sabían que los soldados pertenecientes al grupo de los Aliados estaban cerca y acabarían con ellos.

Era la oportunidad perfecta para que todos escaparan pero un golpe con una vara de fierro terminó por debilitar a Magdalena. Ella les pidió a sus compañeros que la dejaran porque les causaría problemas. Ellos no la quisieron dejar y armaron una camilla con ramas. La debilidad era tal que tuvieron que llevarla entre seis personas. Magdalena murió en el camino.